Volviendo un poco hacia atrás.
Empecé en la anterior entrada a hablar sobre el periodo vacacional y la inercia
me llevó de nuevo a hablar sobre política y economía, y esa no era la intención
en un primer momento. Mi intención era plasmar en la medida de lo posible las
sensaciones de este periodo vacacional único, único no por ser mejor que otro,
y tampoco por ser el peor, ni mucho menos, sino por ser auténtico, distinto al
resto, por haber querido descansar un poco de mi mismo y haber sentido, aunque
fuera de refilón, como de forma algo onírica, las vivencia veraniegas de otros,
lo que se siente desde otros puntos de vista, desde otros contextos vitales. Y
ahí estuve como voyeur desde su torre
de marfil, observando como la vida afecta a las personas (también a la mía).
Imagino que todos los periodos
vacacionales se sienten también distintos unos de otros, pero todos pertenecen
finalmente al verano, y aunque no todos transcurren en los mismos sitios, ni
con las mismas experiencias, todos son verano. Verano es el de los adinerados
jeques en Marbella, verano es el del preso cumpliendo prisión, verano es el del
surfista de las costas de Cádiz, verano es el del padre (o de la madre) de
familia desesperado por encontrar con lo que dar de comer a sus hijos, verano
es el del bajista de una orquesta que recorre todo los pueblos del litoral, verano
es el del festero de Moros y Cristianos, verano es el del empresario que busca
maneras de hacer que su empresa resista los meses del verano, verano es el del
agricultor que se levanta al amanecer día tras día a la espera de un sol
aniquilador. Y este año, verano, para mí, han sido también demandas, concursos
de acreedores, y como afectan a las personas incursas en ellos, verano han sido
expedientes de regulación de empleo que han dado al traste con planes de vida y
esperanzas de mucha gente, verano han sido incendios forestales que podía ver
desde la ventana de casa, verano han sido personas que perdían su prestación y
se quedaban sin que llevar a casa para comer, verano han sido divorcios, verano
han sido despidos, verano ha sido muerte, y de amigos, pero el verano también ha
sido vida, de nuevos seres humanos que vivirán experiencias, y por supuesto
verano ha sido fútbol (por desgracia para mi amada esposa), fútbol y Juegos
Olímpicos, algo de Fórmula 1 y un poco de ciclismo. Verano han sido también las
carreras populares clásicas, que cada vez cuestan más pero siguen siendo igual
de divertidas. Verano han sido paellas con amigos y tumbonas en la playa. Verano,
verano como siempre ha sido eso, verano, y único. Hasta el año que viene
querido verano.