miércoles, 29 de agosto de 2012

CRÓNICA DEL VERANO (II)


Volviendo un poco hacia atrás. Empecé en la anterior entrada a hablar sobre el periodo vacacional y la inercia me llevó de nuevo a hablar sobre política y economía, y esa no era la intención en un primer momento. Mi intención era plasmar en la medida de lo posible las sensaciones de este periodo vacacional único, único no por ser mejor que otro, y tampoco por ser el peor, ni mucho menos, sino por ser auténtico, distinto al resto, por haber querido descansar un poco de mi mismo y haber sentido, aunque fuera de refilón, como de forma algo onírica, las vivencia veraniegas de otros, lo que se siente desde otros puntos de vista, desde otros contextos vitales. Y ahí estuve como voyeur desde su torre de marfil, observando como la vida afecta a las personas (también a la mía).
Imagino que todos los periodos vacacionales se sienten también distintos unos de otros, pero todos pertenecen finalmente al verano, y aunque no todos transcurren en los mismos sitios, ni con las mismas experiencias, todos son verano. Verano es el de los adinerados jeques en Marbella, verano es el del preso cumpliendo prisión, verano es el del surfista de las costas de Cádiz, verano es el del padre (o de la madre) de familia desesperado por encontrar con lo que dar de comer a sus hijos, verano es el del bajista de una orquesta que recorre todo los pueblos del litoral, verano es el del festero de Moros y Cristianos, verano es el del empresario que busca maneras de hacer que su empresa resista los meses del verano, verano es el del agricultor que se levanta al amanecer día tras día a la espera de un sol aniquilador. Y este año, verano, para mí, han sido también demandas, concursos de acreedores, y como afectan a las personas incursas en ellos, verano han sido expedientes de regulación de empleo que han dado al traste con planes de vida y esperanzas de mucha gente, verano han sido incendios forestales que podía ver desde la ventana de casa, verano han sido personas que perdían su prestación y se quedaban sin que llevar a casa para comer, verano han sido divorcios, verano han sido despidos, verano ha sido muerte, y de amigos, pero el verano también ha sido vida, de nuevos seres humanos que vivirán experiencias, y por supuesto verano ha sido fútbol (por desgracia para mi amada esposa), fútbol y Juegos Olímpicos, algo de Fórmula 1 y un poco de ciclismo. Verano han sido también las carreras populares clásicas, que cada vez cuestan más pero siguen siendo igual de divertidas. Verano han sido paellas con amigos y tumbonas en la playa. Verano, verano como siempre ha sido eso, verano, y único. Hasta el año que viene querido verano.

domingo, 26 de agosto de 2012

CRÓNICA DEL VERANO (I)


El calor y la incertidumbre han convivido en este verano. Pero como Armstrong ya no quiere luchar por su inocencia, el ciclista claro, (fallece, es lo irónico de la vida, el astronauta), nosotros hacemos un pequeño descanso también en nuestra lucha diaria. Una lucha que para algunos en gran medida es psicológica y para otros es pura lucha vital por la supervivencia. Pero el verano lo calma todo, o casi todo. Veremos lo que nos espera a partir de ahora una vez que las armas, cargadas con nuevas balas de indignación, resuenen en nuestras calles, bares y centros de trabajo (para quien lo conserve).
Este verano, estas vacaciones, han dado para sucesos, y algunos importantes, pero como si una tenue nieblilla de ensueño y calor lo cubriera han pasado escasos en esencia, como si al despertar el verano todo volviera a la realidad y muchos de esos sucesos no hubiesen ocurrido.
Un aspecto característico de este verano ha sido el insufrible calor, un calor que nos muestra como la naturaleza se desquebraja día a día mientras nosotros nos enredamos en ciclones especulativos que la mayoría de nosotros no entendemos, no porque seamos más tontos sino porque nos falta información, la información esencial, la información que mueve a los intereses económicos en su génesis. Y como nos pasa factura, como somos los que pagamos el pato, como somos los daños colaterales, como somos los que hacemos esfuerzos, pues solo nos queda el denostar la política, en general, “¡la política nos ha llevado a esto!”, es lo que nos hacen pensar. Al final todo se resume en datos económicos, decisiones tecnócratas y de pura economía, nos hacen pensar que la economía es la ciencia que pone todo en su sitio, y el análisis de esos datos económicos son los que deben llevarnos a tomar las decisiones políticas más satisfactorias. Eso es lo que nos dicen, el mensaje que desde los mercados nos llega. Pero, “¡si los mercados somos todos!”, nos dicen. Mentira, los mercados son algunos, esos precisamente que tienen la información, nosotros solo somos piececillas dentro del tablero.  Es la política las que nos debe salvar, la destrucción de la política es la que nos ha llevado a esta situación. Los intereses totalmente alejados de decisiones de carácter puramente político e ideológico son los que nos han arrastrado a un abismo desconocido. No olvidemos que esta situación la crean los sistemas financieros corruptos, de todos los países, los sistemas puramente económicos que secuestran el poder político para su beneficio. Y ahora nos dicen que es la política la culpable, que lo que hay que hacer es lo que hay que hacer, es lógica económica. ¡Qué disparate!