CREMADES ERADES ABOGADOS
Las inquietudes, tanto jurídicas como sociológicas, y porque no, incluso filosóficas, tienen cabida en este blog que pretende preguntarse por los aspectos más radicalmente vitales de la cotidianeidad contemporánea y de su impregnación en el acontecer individual.
martes, 22 de noviembre de 2016
Acompáñanos en Barcelona el próximo viernes 25 en la Jornada sobre Hipotecas de ADICAE
http://hipotecassinabusos.org/mercado-hipotecario-tras-la-crisis/
lunes, 8 de agosto de 2016
LA INSEGURIDAD JURÍDICA Y DE COMO SIEMPRE LA PAGAN LOS MISMOS
La seguridad jurídica está íntimamente relacionada con el principio de legalidad. Las leyes, al menos en los ordenamientos jurídicos parejos al nuestro, tienen una vocación de objetividad, de acudir a criterios objetivos a la hora de determinar las consecuencias a los actos antijurídicos, y en un ámbito más extenso a todos los actos con relevancia jurídica en nuestro actuar cotidiano. Cosa que es decir poco o mucho, porque son casi todos.
La cuestión es que últimamente me he ido encontrando, nos hemos ido encontrando con resoluciones judiciales, o con decisiones a la hora de interpretar la aplicación de las leyes un tanto particulares. Leyes que tienen como fin determinar esa seguridad jurídica de la que empezamos a hablar en esta entrada. Esas decisiones rodean vulneran escabullen, huyen de las consecuencias jurídicas que se habían previsto para determinadas circunstancias jurídicas determinadas por unos hechos que resultan ser nulos, antijurídicos o contrarios a derecho.
Esos ejemplos se pueden encontrar en todas las instancias judiciales. Las he podido ver últimamente en juzgados de instancia, en la Audiencia Nacional, en el Tribunal Supremo, y como no en el Tribunal Constitucional.
Nunca mejor dicho son excepciones que confirman la regla, pero es que la regla existe, ¿por qué o se aplica? ¿qué es lo que justifica esas excepciones?
¿No somos todos iguales ante la ley? ¿no debe primar la seguridad jurídica y el principio de legalidad en nuestra relaciones con relevancia jurídica?
Pues parece ser que esto no ocurre en todos los casos, y que las excepciones cada vez son más cotidianas de lo que podría ser deseable. Esa arbitrariedad en la aplicación de la ley es contraria a un ordenamiento jurídico justo en el que las excepciones deben ser dentro de un marco de criterios objetivos que nos den un marco de convivencia de seguridad jurídica, que es lo que proporciona finalmente "justicia" en nuestras relaciones"
¿Ya has caído en algún ejemplo de lo que digo?
DIME CUAL ES.
LO COMENTAREMOS
sábado, 21 de noviembre de 2015
SEGUIMOS EN LA LUCHA
Con dos días de vista ya pasados parece que va a ser un juicio muy largo. Ni siquiera el Fiscal ha terminado el interrogatorio del primer acusado. Seguimos en la lucha, representando a ADICAE en la acusación popular y a miles de perjudicados en la particular que han confiado en los Servicios Jurídicos de ADICAE.
lunes, 9 de noviembre de 2015
Nuestro despacho una vez más en la Audiencia Nacional
Víctor Cremades Erades, titular del despacho CREMADES ERADES ABOGADOS en
Aspe, comenzará su actuación en la vista oral la próxima semana como abogado de
la acusación popular y de miles de perjudicados, como miembro de los servicios
jurídicos de ADICAE, en el MACRO JUICIO que se celebra en la Audiencia Nacional
en los meses de Noviembre, Diciembre de 2015 y Enero de 2016. La vista tratará
del enjuiciamiento de una estafa masiva de más de 2.000 millones de euros. El
juicio se prevé se realice en un total de 11 sesiones en las que se realizarán
múltiples interrogatorios y una gran
cantidad de práctica de prueba. El juicio trata del enjuiciamiento de los
responsables y directivos de AFINSA, que junto a FORUM Filatélico fue uno de
los grandes casos de engaño a consumidores de la década pasada.
miércoles, 15 de julio de 2015
Ha pasado más de un siglo para que se publicara una nueva ley que regule la jurisdicción voluntaria en el Derecho español. Entrará en vigor el próximo jueves día 23 de julio. Su importancia a mi modo de ver es mucho mayor de lo que en un principio pueda parecer o se pueda apreciar a priori según la significación mediática, pero determinará una serie de cambio que con el tiempo podemos ver que se tornarán en esenciales en nuestro ordenamiento jurídico. Al tiempo
viernes, 19 de septiembre de 2014
NUEVO CURSO JUDICIAL
Como la temporada de fútbol el año en términos de trabajo comienza en Septiembre, no en Enero. Es cuando nos planteamos hacer las cosas quizás mejor, o cambiar ciertos hábitos a la hora de realizar nuestro trabajo. El descanso estival nos ha ayudado a recomponernos justo cuando llegamos faltos de fuerzas a las últimas vistas y conciliaciones.
Todo comienza casi de nuevo, y esperamos con impaciencia las notificaciones que se quedaron en el limbo de agosto, notificaciones de mandamientos de pago en el mejor de los casos, u otras no tan agradables pero que acogemos con un semblante más enérgico.
En cualquier caso es normal que cierta tristeza aparezca por el cambio de tiempo, temperatura y luz solar.
¿Pero qué ocurre cuando vuelves de vacaciones y lo primero que un trabajador se encuentra es una carta de despido?
Ocurre en muchos casos. Todas las expectativas, previsiones para el último tramo del año se esfuman. Una nueva preocupación entra en escena. Como una ruptura de amor inesperada que desdibuja nuestro horizonte más próximo de futuro.
Es importante estar atentos, mostrar nuestro perfil más exigente y conseguir resarcir al máximo los derechos de estos trabajadores, sin disculpas. Como el despido en España es libre es necesario conseguir la máxima indemnización posible, el futuro de una familia puede depender de eso. ya sé que es posible que también el futuro de una empresa puede depender de eso, y por ende de las familias que integran la empresa en sus distintos roles. Pero es nuestra obligación hacer el máximo esfuerzo intelectual para que nuestro cliente, sea quien sea, salgo lo mejor parado posible.
domingo, 4 de mayo de 2014
LA PROFESIÓN DE ABOGADO
En la entrada de hoy quisiera
hacer una reflexión sobre los aspectos más íntimos de la profesión de abogado,
de la lucha contra clichés falsos y absurdos, y contra prejuicios que calumnian
y desesperan.
¿Qué quiere nuestro cliente
cuando viene al despacho? No es extraño oír en algún despacho decir a un
cliente a su abogado, “es que no me has solucionado el problema que tenía
completamente”, pero es que amigo, hemos ganado el juicio, se ha hecho todo lo
posible para cobrar lo estipulado en la sentencia, pero si la empresa entra en
concurso, ¿qué culpa tengo yo? Pues nada, para el cliente el abogado no ha
cumplido sus expectativas. No ha hecho su trabajo.
O cuando el cliente ha hecho de
las suyas, esas cosas de poner a nombre de otro la empresa y nombrarlo Administrador
(a pesar de que el abogado le aconsejó que no lo hiciera), y luego sentirse traicionado, y luego querer sacarlo
de ahí a patadas en dos días, “pero es que no me has solucionado el problema
como yo quería…” , pero es que amigo, las soluciones son las que son, no las
que uno quiere que sean, que para eso están las leyes, y además, lo “jodido” en
años de mala praxis empresarial de un cliente no se soluciona en dos días.
Pero es que hay más, mucho más.
Las impertinencias que tiene que aguantar un abogado solo los compañeros de
profesión las conocen, y no todos, porque como ocurre en todas las cosas de la
vida hay clases y clases. Porque compañeros, lo que se dice compañeros en la
profesión cada vez hay menos. Supongo que tendrá que ver con la crisis, y que
cada vez es más importante contentar al cliente a toda costa, sea como sea,
aunque sea atropellando, insultando, utilizando malas artes,…pero al final el
tiempo pone a cada uno en su sitio. El abogado no tiene obligación de obedecer
como esclavo al cliente como si fuera un sicario jurídico. El abogado es un
técnico en derecho con una dignidad y al cliente hay que también saber ponerlo
en su sitio, y cuando se equivoca decírselo, y aconsejarle en este sentido, y
si no actúa según nuestro consejo no es nuestro cliente, o no lo será, y
saldrá, pase lo que pase, hablando mal del despacho, y muy probablemente con
impagos, obligando al abogado a poner un monitorio o a jurar la cuenta.
Son cosas de esta profesión, una
profesión que te obliga a lidiar día a día con una montaña rusa de emociones,
con preocupaciones que ocupan un espacio esencial en la cabeza y que no dejan
descansar nunca. Y digo bien, nunca. Preocupaciones que en ocasiones crean una
ansiedad que paraliza, ataques de pánico ante lo abrumador de folios por leer y
analizar, pero que hay que sobrellevar y vencer, porque para cada cliente su
asunto es “el asunto”. Los abogados vivimos gracias y para ellos (según las
visión del cliente), y da igual todas las cosas que tengas que hacer, lo
necesitan ya, y es ya.
El horario de apertura de los
despachos es amplísimo, desde por la mañana hasta altas horas de la tarde, ¿por
qué se empeñan los clientes en llamar fuera de estas horas al móvil para
urgencias del despacho? Las urgencias son urgencias vistas de una forma objetiva,
no cuando al cliente le entre el nervio. Los viernes por la tarde no hay que
llamar al abogado para nada en absoluto, ni tampoco para llorarle, no es un
psicólogo, se ocupa de los asuntos legales y que en la mayoría de los casos no
se resuelven el viernes por la tarde, el sábado o incluso el domingo.
Pues bien, estas son solo algunas
cosas que hacen insufrible esta profesión, pero también que hacen que sea única
y que al mismo tiempo se ame. Porque el abogado en la gran mayoría de los casos
es el último resquicio, la última oportunidad, la única esperanza de un cliente
que necesita ayuda, y el abogado, a pesar de todas las dificultades la presta,
a veces sin estar seguro de poder cobrar por su trabajo, a veces a riesgo de
enfrentamientos que cercenan su vida privada, pero es que en muchos casos es la
última esperanza, y por eso, a pesar de todo, también el abogado ama su profesión.
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