viernes, 19 de septiembre de 2014

NUEVO CURSO JUDICIAL

Como la temporada de fútbol el año en términos de trabajo comienza en Septiembre, no en Enero. Es cuando nos planteamos hacer las cosas quizás mejor, o cambiar ciertos hábitos a la hora de realizar nuestro trabajo. El descanso estival nos ha ayudado a recomponernos justo cuando llegamos faltos de fuerzas a las últimas vistas y conciliaciones. 
Todo comienza casi de nuevo, y esperamos con impaciencia las notificaciones que se quedaron en el limbo de agosto, notificaciones de mandamientos de pago en el mejor de los casos, u otras no tan agradables pero que acogemos con un semblante más enérgico. 
En cualquier caso es normal que cierta tristeza aparezca por el cambio de tiempo, temperatura y luz solar.
¿Pero qué ocurre cuando vuelves de vacaciones y lo primero que un trabajador se encuentra es una carta de despido? 
Ocurre en muchos casos. Todas las expectativas, previsiones para el último tramo del año se esfuman. Una nueva preocupación entra en escena. Como una ruptura de amor inesperada que desdibuja nuestro horizonte más próximo de futuro. 
Es importante estar atentos, mostrar nuestro perfil más exigente y conseguir resarcir al máximo los derechos de estos trabajadores, sin disculpas. Como el despido en España es libre es necesario conseguir la máxima indemnización posible, el futuro de una familia puede depender de eso. ya sé que es posible que también el futuro de una empresa puede depender de eso, y por ende de las familias que integran la empresa en sus distintos roles. Pero es nuestra obligación hacer el máximo esfuerzo intelectual para que nuestro cliente, sea quien sea, salgo lo mejor parado posible. 
  

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